jueves, 8 de marzo de 2012

SUSTANCIAS QUÍMICAS PELIGROSAS EN EL SECTOR DE LA SALUD

RESUMEN
RECONOCIMIENTOS
Este informe es un proyecto de la campaña Hacer Frente a los Tóxicos (Confronting Toxics Campaign) realizada por la oficina nacional de Physicians for Social Responsibility (PSR, por su sigla en inglés).
Fue llevada a cabo en colaboración con la Asociación Estadounidense de Enfermeros (American Nurses Asso-ciation), con el Grupo de Trabajo de Enfermeros de Salud sin Daño (Health Care Without Harm Nurses Working Group) y con la asociación Nueva York Limpia (Clean New York).
El proyecto fue aprobado por la Comisión de Evaluación Institucional (Institutional Review Board - IRB) de la Concejo de Evaluación Institucional de Occidente (Western Institutional Review Board).
(Los IRB son procesos de evaluación de proyectos diseñados para proteger los derechos de los participantes).

Autores
* Bobbi Chase Wilding, MS, Clean New York
* Kathy Curtis, LPN, Clean New York
* Kristen Welker-Hood, ScD, MSN, RN,
Physicians for Social Responsibility

Equipo de biomonitoreo
PSR desea extender su sincero agradecimiento por las incontables horas y la incansable dedicación de Bobbi Chase Wilding y Kathy Curtis que contribuyeron a la implementación del diseño del estudio, a la administración de la IRB y a la redacción de este informe. 
* Kristen Welker-Hood, Co-investigador Principal
* Richard Grady, MD,  Co-investigador Principal y médico registrado
* Bobbi Chase Wilding, Encargada del Proyecto
* Kathy Curtis, Co-directora del Proyecto




Puntos de enlace en los estados
Agradecemos a los siguientes coordinadores en los estados su trabajo con los integrantes del proyecto para identificar y seleccionar los médicos y enfermeros participantes.
Ellos fueron cruciales para la coordinación de la obtención de las muestras y para la implementación de los protocolos del estudio.
¥ Alaska: Pamela Miller y Colleen Keane,
Alaska Community Action on Toxics
California: Martha Arguello, PSR Los Ángeles
Connecticut: Sarah Uhl, Clean Water Action
Maine: Steven Taylor,  Environmental Health Strategy Center y Paul Santomenna, PSR Maine
Massachusetts: Namasha  Schelling,  Clean  Water Action
¥  Michigan: Katie  Kelly  y  Sarah  Mullkoff,  Clean Water Action
Minnesota: Kim LaBo, Clean Water Action
Oregon: Maye Thompson, PSR Oregon
Nueva York: Bobbi Chase Wilding, MS,  Clean New York
Washington: Cherie Eichholz, PSR Washington

 SUSTANCIAS QUIMICAS PELIGROSAS EN EL SECTOR DE LA SALUD

PREFACIO
ES  IMPOSIBLE  VIVIR  EN  EL  MUNDO
ACTUAL sin estar expuesto a cientos de sustancias químicas. Estudios realizados por los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) han documentado este tipo de exposición por años Y, cuantas más sustancias químicas analizan los CDC, más encuentran en los cuerpos de los seres humanos. Y cuanto más estudiamos estas  sustancias  químicas,  más  relación  directa encontramos que tienen con enfermedades y trastornos. Los profesionales de la salud, en especial los enfermeros, tienen un mayor riesgo de exposición a sustancias químicas y medicamentos, al igual que sus pacientes. Reducir las exposiciones es un paso
importante para el sector del cuidado de la salud en la realización de su juramento hipocrático primum non nocere .
"La documentación de las sustancias químicas presentes en el personal de la atención de la salud aumentar. la conciencia sobre la exposición a estas sustancias entre los trabajadores de la salud y nos ayuda  a  entender  más  acerca  de  la  efectividad
de  las  iniciativas  para  reducir  la  exposición  y  los tratamientos". 
- ANNA GILMORE HALL, R

Physicians for Social Responsibility, junto con la Asociación de Estadounidense de Enfermeros, el Grupo de Trabajo de Enfermeros de Salud sin Daño y Nueva
York limpia, debe recibir un reconocimiento por producir este informe: Çon Sustancias químicas peligrosas en el sector de la salud: un panorama de las sustancias químicas presentes en médicos y enfermeros .
Este informe nos lo documenta, la cantidad de sustancias químicas presentes en un grupo de enfermeros y médicos, sino que además propone una guía para la identificación y reducción de la exposición a
sustancias químicas en el sector del cuidado de la salud. Y lo más importante es que aporta más evidencia  acerca  de  la  importancia  de  una  política integral  y  a  escala  nacional  para  el  manejo  de  las
sustancias químicas.
Reducir el riesgo de exposición a sustancias químicas
no es una tarea f.cil y debe abordarse en varios niveles. El sector del cuidado de la salud está comenzando a reconocer la necesidad de establecer políticas integrales sobre la exposición a sustancias químicas. Salud sin Daño, por ejemplo, ha desarrollado
diversos  materiales  informativos  para  ayudar  al personal  de  los  hospitales  a  elegir  alternativas  de sustancias químicas y productos más seguros. Pero este sector no puede manejar este problema solo.
Los organismos gubernamentales, como la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por su sigla en inglés), la Agencia de Protección Ambiental de los
Estados Unidos, (EPA, por su sigla en inglés) y los CDC deben hacer que la gestión de las sustancias químicas sea una prioridad mayor  y deben realizar estudios sobre los efectos en la salud de las exposiciones  a  sustancias  químicas  presentes  en  el ambiente. Quienes comercializan y producen sustancias químicas deben ser responsabilizados por la seguridad de sus productos y deben proveer descripciones completas de los contenidos de estos y de los riesgos para la salud que puedan suponer. Los consumidores deben tener acceso a la información para tomar decisiones respecto de la compra de productos.
El informe Sustancias químicas peligrosas en el sector de la salud  es un documento muy importante y oportuno que nos ayuda a entender el gran riesgo de exposición a sustancias químicas en este sector y
los pasos que se deben tomar para reducirlo. La documentación de las sustancias químicas presentes en el personal de atención de la salud aumentar la conciencia sobre la exposición a estas sustancias entre los trabajadores y nos ayudar a entender más acerca de la efectividad de las iniciativas por reducir
la exposición y los tratamientos.
Como enfermera, tomo estos hallazgos muy seriamente y aliento a otros enfermeros y profesionales de la salud a hacer lo mismo y a participar para hacer que sus instituciones de salud sean más verdes.
Usen sus voces para abogar por una política más estricta para las sustancias químicas. Participen activamente en organizaciones que trabajen para reducir las exposiciones a estas sustancias en el sector de la salud. Compartan estos hallazgos con sus supervisores y colegas. Y aún más importante: defiendan la salud -si no es por la de ustedes, por la de sus pacientes- y la de las generaciones futuras que estarán condenadas a vivir en un ambiente toxico, a
menos que actuemos ahora.
Anna Gilmore Hall, RN, CAE
Directora Ejecutiva de Salud sin Daño

UN PANORAMA DE LAS SUSTANCIAS QUIMICAS PRESENTES EN MEDICOS Y ENFERMEROS

RESUMEN Y COMENTARIOS
HAY SUSTANCIAS QUÍMICAS TOXICAS EN TODO NUESTRO ALREDEDOR
Los productos que usamos a diario en nuestros hogares, lugares de trabajo, escuelas, tiendas o lugares de culto están hechos de una mezcla de sustancias químicas. De la mayoría de las más utilizadas es limitada la información que hay disponible acerca de su peligrosidad y algunas han sido asociadas con efectos adversos para la salud. Estamos expuestos a
sustancias químicas directamente cuando son liberadas a través de los procesos industriales, de las aplicaciones agrícolas o a través de las corrientes de residuos desde donde pueden llegar al aire, el agua o los alimentos que consumimos. También estamos expuestos  a  sustancias  químicas  indirectamente, cuando compuestos inestables se descomponen en formas más peligrosas, migran de los productos y contaminan alimentos y bebidas, se liberan al aire desde los ambientes cerrados que frecuentamos, y se depositan en forma de polvo que inhalamos o ingerimos.
Las posibilidades de exposición y subsiguiente absorción  de  estas  sustancias  químicas  son  bastante amplias. Pero hay evidencia de que estas sustancias químicas realmente están siendo absorbidas por los cuerpos de las personas?  A través del biomonitoreo, una técnica en la que se analiza la sangre, la orina, el pelo, el semen, la leche materna y otras muestras biológicas, los científicos son capaces de identificar que tipos y que cantidad de sustancias químicas están presentes en las personas.
Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de EE.UU. han estado realizando biomonitoreo-
 desde la década de 1970. A lo largo de los años han publicado varios informes que documentan que muchas  de  las  sustancias  químicas  del  mercado actual, e incluso algunos  que han sido prohibidos, pueden detectarse en muestras de sangre y orina de
la población general. Las sustancias químicas industriales no pertenecen a nuestros cuerpos. Sin embargo, están presentes en la mayoría de nosotros.
Las sustancias químicas industriales actúan en el cuerpo de manera muy similar a como lo hacen los medicamentos. Dicho en palabras sencillas, mientras que una sustancia química pueda absorberse, transportarse a una parte del cuerpo susceptible a su influencia o pueda metabolizarse y transformarse en un agente más reactivo, podrá producir un efecto.
Las sustancias químicas pueden: imitar o bloquear las hormonas, interrumpir las vías metabólicas normales de señalización, interactuar con la expresión de los genes e incluso interferir con períodos cruciales del desarrollo embrionario. Los vínculos entre la cantidad en aumento de sustancias químicas biológicamente activas encontradas en nuestros cuerpos y el número creciente de enfermedades como el cáncer, la discapacidad evolutiva, los problemas repro-ductivos, los defectos congénitos y otras enfermedades crónicas todavía tienen que ser completamente comprendidos. La cantidad creciente de estudios científicos que asocian muchas sustancias químicas con estas enfermedades indica que el sistema estadounidense de manejo de .estas no protege adecuadamente la salud y que podrá estar contribuyendo a la prevalencia generalizada de enfermedades crónicas que en este momento sobrecargan el sistema de atención sanitaria del país.

"Como enfermera de mujeres y recién nacidos, me ofrecí voluntariamente para el proyecto de biomonitoreo para saber más acerca de los riesgos ambientales para mis pacientes. No se trataba sólo de mi salud, sino de mi responsabilidad profesional para comprender c.mo las sustancias químicas en nuestro entorno diario tienen un efecto sobre la salud de las personas que atiendo".
- MIMI POMERLEAU, DNP, MASSACHUSETTS

Physicians for Social Responsibility (PSR, por su sigla en inglés) realiza. la primera investigación de biomonitoreo de profesionales de la salud. Doce médicos y ocho enfermeros, dos en cada uno de 10 estados (Alaska, California, Connecticut, Maine, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Nueva York, Oregón y Washington), aceptaron hacerse análisis en busca de sustancias químicas en sus cuerpos que están relacionadas con problemas de salud y que están presentes en nuestro entorno. PSR les hizo análisis de sangre y orina en busca de seis sustancias o grupos sustancias químicas (62  en total): Bisfenol A (BPA), mercurio, compuestos perfluorados (PFCs), ftalatos, éteres  difenil  polibromados  (PBDEs)  y  triclosan.
Estas últimas fueron identificadas específicamente porque se trata de sustancias que son causa de preocupación o están comenzando a serlo, se usan comúnmente en el sector de la salud, pueden ser disruptores endócrinos y han sido categorizados en documentación evaluada por colegas como asociados con ciertas enfermedades cuyas incidencias están en aumento. 

Cada participante tenía al menos 24 sustancias químicas individuales en el cuerpo y en dos de ellos se detectaron hasta 39.
¥ Se detectaron 18 sustancias químicas en cada uno de los participantes.
¥ Los 20 participantes tenían al menos cinco de los seis tipos de sustancias químicas que estábamos buscando y 13 de ellos tenían los seis.
¥ Todos los participantes tenían Bisfenol A y algún tipo de ftalato, PBDE y PFC.
¥ Trece participantes tenían metabolitos de dimetil ftalato y nueve superaban el percentil 95¼ de los CDC.

Prevenir la exposición a través de
intervenciones de políticas públicas

La fabricación, el procesamiento, la distribución, el uso y el desecho de las sustancias químicas están regulados por la EPA a través de la Ley de Control de Sustancias Toxicas (TSCA, por sus siglas en inglés).
Esta ley fue promulgada por el Congreso, en 1976, para evitar los riesgos excesivos de daños a la salud o al ambiente asociados con las sustancias químicas industriales. Mediante la TSCA, la EPA ha podido prohibir sólo cinco químicos y exigir la realización de análisis completos de la seguridad para la salud de sólo 200 de las más de 80.000 sustancias químicas registrados en este organismo. 
LA TSCA está llena de limitaciones que en gran parte han resultado en muchas fallas en la prevención de la exposición general a tóxicos persistentes y bioacumulativos, disruptores endócrinos y conocidos o sos-pechados carcinógenos. Los cambios necesarios a la ley TSCA a fin de garantizar un sistema de manejo de sustancias químicas que proteja la salud incluyen:
exigir a los productores y fabricantes de estas que demuestren la seguridad de sus productos antes de comercializarlos, exigir información sobre el impacto ambiental y a la salud de las sustancias químicas ya presentes  en  el  mercado,  eliminar  los  criterios demasiado arduos de reglamentación basados en “riesgo excesivo” y “menos gravoso” que la EPA debe satisfacer para exigir a los productores que realicen más evaluaciones sobre los efectos en la salud o para prohibir una sustancia, y revisar las normas de información comercial confidencial, que evitará que los productores escondieran exposiciones químicas a los consumidores o enmascararan la información relativa a la salud asociada con ciertos sustancias químicas.
Una reforma a la ley de Control de Sustancias Toxicas servirá como eje central de una política de sustancias químicas integral y adecuada, que proteja la salud pública y el medio ambiente, y restablezca la confianza de los consumidores en los productos estadounidenses,  tanto  en  el  mercado  nacional como internacional.
Una reforma eficaz de la política de sustancias químicas debe:
* Tomar medidas de inmediato sobre las sustancias químicas más peligrosas: los tóxicos persistentes y bioacumulativos deben ser retirados del mercado.
* Responsabilizar a la industria por la seguridad por sus sustancias químicas y productos: se debe exigir a las compañías químicas que brinden información completa acerca de los impactos sobre el ambiente y la salud de todos sus productos.
* Usar la ciencia para proteger a todas las personas y a los grupos vulnerables:  las sustancias químicas deben satisfacer un estándar de seguridad para todas las personas, incluidos los niños, las embarazadas y los trabajadores.

Medidas personales y profesionales para evitar las exposiciones
Existen varias medidas que cada uno de nosotros puede tomar para reducir la exposición, pero es importante destacar que no podemos salir de este problema tan sólo controlando lo que compramos, lo que comemos o el ejercicio que hacemos. Sólo un giro radical en la manera en que se manejan las sustancias químicas logrará el cambio sistémico que se necesita.  Los  médicos  y  los  enfermeros  pueden hacer que la salud ambiental sea parte de los servicios a los pacientes brindándoles información sobre prevención  de  enfermedades,  identificando  de manera acertada y proactiva las primeras fases de las enfermedades de origen ambiental y sus causas, y realizando cambios en los establecimientos de la salud para evitar el uso de sustancias químicas que disparan el comienzo de esas enfermedades mediante la adopción de políticas de compras verdes.
Cambio hacia la seguridad
Más allá de las medidas individuales o profesionales para evitar las exposiciones, lo más importante que los médicos, los enfermeros u otros profesionales de la salud pública deben hacer es abogar por un cambio en la manera en que se manejan las sustancias químicas en Estados Unidos. Ya sea que trabajen para el gobierno de los estados o nacional, los profesionales de la salud pueden ense.ar a sus legisladores sobre los peligros potenciales inherentes de permitir que se usen sustancias químicas nuevas o existentes en el mercado sin haber sido analizadas adecuadamente para conocer su capacidad de persistencia en el ambiente, de ser detectados en la sangre del cordón umbilical, de causar cáncer, defectos de nacimiento, problemas reproductivos o trastornos neurológicos o de actuar como disruptores endócrinos.

INTRODUCCION

HAY SUSTANCIAS QUIMICAS TOXICAS ENTODO NUESTRO ALREDEDOR.
Los productos que usamos a diario en nuestros hogares, lugares de trabajo, escuelas, tiendas o lugares de culto están hechos con sustancias químicas, algunas de ellas más seguras que otras. Sin embargo, de la mayoría de las más usadas es limitada la información que hay disponible acerca de su peligrosidad y algunas han sido asociadas a efectos adversos para la salud. Muchos estudios han cuantificado las sustancias químicas encontrados en productos o en muestras del ambiente (por ejemplo, en agua, suelo, polvillo hogareño, aire o alimentos).
Qué tipo de evidencias demuestran que estas sustancias realmente están siendo absorbidos por el cuerpo  de  las  personas?  Buscando  sustancias mediante análisis de sangre, orina, pelo, semen, leche materna u otras muestras biológicas, procedimiento conocido también como “biomonitoreo”, los científicos pueden identificar que cantidad, concentración y tipo de sustancias químicas tienen las personas. El biomonitoreo es un estándar importante y relevante para la salud a fin de evaluar la exposición de las personas a sustancias potencialmente toxicas y para responder a problemas graves de la salud pública ambiental.
Physicians for Social Responsibility realizó la primera investigación de biomonitoreo en los profesionales de la salud. Doce médicos y ocho enfermeros, dos en cada uno de 10 estados (Alaska, California, Connecticut, Maine, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Nueva York, Oregón y Washington) aceptaron hacerse análisis para buscar en sus cuerpos sustancias químicas asociadas con problemas de salud que están presentes en nuestro ambiente.
La mayoría de los participantes son médicos en ejercicio, a excepción de dos médicos ya jubilados. Siete hombres y trece mujeres de entre 33 y 85 años participaron en la muestra, de los cuales 18 eran caucásicos, uno afroamericano y otro asiático estadounidense. Les hicimos análisis de sangre y orina en busca de seis sustancias químicas o grupos de  éstas:
*Bisfenol A
*Mercurio
*Compuestos perfluorados
*Ftalatos éteres difenil polibromados
*Triclosán
Estas últimas fueron identificadas específicamente porque se trata de sustancias que son causa de preocupación o están comenzando a serlo, se usa comúnmente en el sector de la salud, pueden ser disruptores endócrinos y han sido categorizados en documentación evaluada por colegas como asociados con ciertas enfermedades cuyas incidencias está. en aumento.
El proyecto Sustancias peligrosas en el sector de la salud de PSR fue diseñado para brindar un panorama de la exposición a sustancias químicas en una pequeña muestra puntual de médicos y enfermeros.
Los investigadores buscaron determinar si éstas se detectan en muestras de sangre u orina de los participantes del proyecto, c.mo se comparar.an estos resultados con los del  Informe Nacional sobre Biomonitoreo de los CDC, y si existen sustancias a las que los profesionales de la salud parecen tener mayor riesgo de exposición. Debido al tamaño reducido de la muestra y a la diversidad geográfica, los datos del biomonitoreo que se tratan aquí no pueden  analizarse  estadísticamente  para  relacionar exposición con consecuencias para la salud, ni tampoco representa un panorama completo de la exposición de los médicos y enfermeros en los Estados Unidos. Sin embargo, los datos ofrecen indicadores preliminares de lo que la comunidad de trabajadores de la salud en general puede estar experimentando.
Todos los protocolos de la investigación recibieron la aprobación de la Western Institutional Review Board (www.WIRB.com), incluido el proceso de selección, captación, obtención del consentimiento informado, toma de muestras de sangre y orina, análisis de laboratorio y la comunicación de los resultados a los par-ticipantes. WIRB brinda servicios de revisión a más de 100 instituciones (centros académicos, hospitales, investigaciones biotecnológicas internas o externas), como así también a investigadores individuales en los 50 estados y a escala internacional. Las muestras biológicas fueron analizadas por AXYS Analytic Services Ltd. para todas las sustancias químicas, excepto para el mercurio, que fue realizado por Laboratorio Brooks Rand. (V.ase el Apéndice I para obtener detalles de los métodos y protocolos usados). Todos los participantes accedieron a hacer públicos sus datos personales.

¿Por qué hacerles análisis  a los profesionales de la salud?
Les pedimos a los enfermeros y médicos en este proyecto que se pusieran en el papel poco común para ellos de ser participantes en lugar de investigadores por varias razones.

En primer lugar, se sabe poco acerca de las exposiciones de los profesionales de la salud a las sustancias químicas toxicas y, sin embargo, las organizaciones como Salud sin Daño han demostrado que en sus lugares de trabajo hay muchas fuentes de exposición a sustancias potencialmente toxicas, incluidas aquéllas en nuestro proyecto.
Más aún, los trabajadores de la salud “comparten muchos de los mismos tipos de exposiciones a sustancias químicas y peligros que se encuentran en los ámbitos de trabajo industriales”, según el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH, por su sigla en inglés)1.
El Informe del NIOSH sobre el estado del sector salud y de la asistencia social encontró evidencias cada vez más convincentes de que los profesionales de la salud están expuestos a drogas y a sustancias peligrosas en sus lugares de trabajo2. NIOSH identificó. la necesidad de establecer sistemas de supervisión diseñados para llevar un registro de los efectos para la salud en los profesionales del sector, y de realizar estudios mejorados para evaluar la relación entre las exposiciones peligrosas y las enfermedades ocupacionales.
"Se considera que las medidas de biomonitoreo son los análisis de exposición más pertinentes para la salud porque determinan la cantidad de sustancias químicas que las personas realmente tienen en el cuerpo".
- HOWARD FRUMKIN, MD, DrPH
Director del Centro Nacional para la Salud Ambiental del CDC y de la Agencia para las Sustancias Toxicas y el Registro de Enfermedades 3
En segundo lugar, este proyecto brinda a los participantes el doble beneficio de la investigación científica y de la experiencia personal necesaria para convertirse en líderes de las conversaciones acerca de la prevención de enfermedades mediante la modificación de la manera en que gestionamos las sustancias químicas.
Los médicos y los enfermeros son las personas más confiables para hablar de cuestiones relacionadas con la salud.  La gente confía en ellos para recibir información científica precisa sobre los peligros para la salud y para que defiendan las políticas preventivas que disminuirán la prevalencia de enfermedades.
En  tercer  lugar,  buscamos  comprometer  a  los miembros de la comunidad del sector salud en el diálogo acerca de la reforma de la política de sustancias químicas divulgando este informe, junto con las perspectivas personales y profesionales de los participantes. Las conexiones entre las sustancias químicas en nuestro entorno y las enfermedades
humanas se están trazando cada vez con más claridad a través de estudios científicos revisados por colegas. Hoy en día, es más importante que nunca que los profesionales de la salud comprendan los tipos de sustancias químicas que pueden estar presentes en sus cuerpos y en los de sus pacientes, y cómo estas sustancias pueden relacionarse con los síntomas observados.
Los  profesionales  de  la  salud  están  en  una  posición  ideal  para  evaluar  y  prevenir  enfermedades de origen ambiental.
El conocimiento de los síntomas causados por exposiciones agudas o crónicas a sustancias químicas toxicas ayudar. a estos profesionales - quienes a menudo se encuentran a la vanguardia de la recolección  de historias clínicas detalladas - a realizar diagnósticos y tratamientos precisos de enfermedades de origen ambiental.
Debido al alto nivel de respeto que el público y los políticos les tienen, los profesionales de la salud pueden servir como eficaces portavoces para la transformación de las políticas nacionales de sustancias químicas hacia una nueva que no provoque daños.
Lo que nos revela el biomonitoreo
El biomonitoreo es una herramienta utilizada por los CDC, por los departamentos de salud de los estados (por ejemplo, en el análisis de plomo en sangre realizado a los niños), por investigadores académicos, por organizaciones no gubernamentales (ONGs) y por las comunidades para caracterizar la existencia de exposición a potenciales sustancias toxicas. El biomonitoreo reiterado también permite llevar un registro de los cambios en la exposición a sustancias toxicas sospechadas de ser factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades, y medir el impacto de la intervención de la salud pública para evitar exposiciones. 
Los usos específicos para la salud pública de la información sobre exposición que brinda el biomonitoreo incluyen:
*  determinar qué sustancias químicas están siendo absorbidas por las personas y en qué concentraciones. Determinar la prevalencia de personas cuyos niveles de concentración en el cuerpo exceden los umbrales de toxicidad de las sustancias químicas, en los casos en los que se conozcan tales umbrales.
* establecer rangos de referencia que los médicos y científicos pueden usar para determinar si una persona o un grupo tiene un nivel inusualmente alto de exposición.
* evaluar la efectividad de las intervenciones de salud  pública  para  bajar  las  exposiciones  a  las sustancias toxicas conocidas.
* identificar tendencias en los niveles de exposición de la población a través del tiempo.
* establecer prioridades en las acciones políticas para la eliminación de sustancias químicas persistentes, bioacumulativas y/o toxicas.




ACERCA DE LOS QUêMICOS
Bisfenol A (BPA)
Se usa para fabricar el plástico rígido llamado policarbonato (contiene alrededor de un 70% de BPA)10, usado en biberones, botellas de plástico para agua o refrescos, electrodomésticos de cocina, CDs y DVDs, y aplicaciones de “vidrio” irrompible y para fabricar resinas epoxi (contienen alrededor de un 25% de BPA), incluidos los recubrimientos interiores de envases de alimentos y bebidas, tóner y tintas de impresoras, pinturas industriales, selladores dentales y otros productos. Se producen más de tres mil millones de kilogramos por año11. El BPA es un disruptor endocrino que induce problemas de salud identificados en estudios con animales que presentaron los mismos niveles encontrados en las personas a través de biomonitoreos de los CDC y PSR12. Los trastornos asociados con exposiciones a BPA incluyen abortos espontáneos, infertilidad13,14, cáncer de mama15 y próstata16, alteraciones del desarrollo y las funciones cerebrales17, obesidad18, enfermedades del corazón19, diabetes y disfunción tiroidea20.

Mercurio
Usado extensamente en el sector del cuidado de la salud, en medidores de la presión arterial, termómetros, sondas, sondas de Foley, termostatos, luces fluorescentes, interruptores y amalgamas dentales. Los derrames y las roturas pueden  provocar  una  exposición  directa. El  mercurio  se encuentra en el carbón y las centrales eléctricas lo liberan al aire. El mercurio libre en el medio ambiente se acumula a través de la cadena alimenticia acuática y es común en peces grandes (como el atún y el pez espada). El mercurio es un metal pesado, un neurotóxica que ataca el sistema nervioso central y daña el cerebro. También puede pasar de la madre al embrión y al feto, afectando el desarrollo cerebral, lo que puede resultar en retrasos mentales, anormalidades en las habilidades de la motricidad fina, percepción visual-espacial disminuida, problemas de aprendizaje, trastornos de déficit de atención e hiperactividad 21.

Compuestos perfluorados (PFCs)
Usados en la fabricación de recubrimientos protectores de alfombras, de ropa resistente a la grasa y a las manchas, recubrimientos de papeles (como el de las bolsas de palomitas de maíz para microondas) y en sartenes antiadherentes.
Nuestro  proyecto  analiza.  el  ácido  perfluorooctanoico (PFOA), el ácido perfluorononanoico (PFNA), el ácido per-fluorodecanoico (PFDA), el sulfonato de perfluorohexano (PFHxS) y el ácido perfluoroundecanoico (PFUnA). Todas estas son sustancias químicas producidas por la degrada-ción de recubrimientos que todavía se usan. También analizamos el sulfonato de perfluorooctanoico (PFOS), que era un ingrediente activo de ScotchGard hasta antes del año 2000 y que ahora ha sido restringido por la EPA. Los PFC se acumulan en las personas y en los animales22, y han sido asociados con disrupciones endócrinos y del sistema inmunitario en animales de laboratorio. La exposición a los PFCs puede provocar tumores hepáticos y pancreáticos en animales y perjudicar el desarrollo fetal en los humanos23.

Ftalatos
Usados como plastificadores y presentes en muchos artículos de consumo, como cosméticos, fijadores de cabello, productos plásticos y acabados para madera.  Muchas bolsas y tubos intravenosos utilizados en el cuidado de la salud están hechos de plástico de PVC, que depende de los ftalatos para tener la flexibilidad necesaria. Los papeles decorativos de vinilo también pueden contener ftalatos. Analizamos los metabolitos (las sustancias una vez digeridas por el cuerpo) de cinco ftalatos: dimetilftalato (DMP), dietilftalato (DEP), dibutilftalato (DBP), bencibutilftalato (BzBP) y di(2-etilhexil) ftalato (DEHP), que tiene tres metabolitos. Las exposiciones a bajo nivel afectan el desarrollo de los .órganos reproductivos24, lo que puede causar efectos adversos en la salud en embriones, fetos y bebés prematuros.

Éteres difenil polibromados (PBDE)
Usado como retardante de llama en productos como muebles, computadoras, equipos médicos electrónicos y colchones. Hay tres fórmulas primarias comerciales  de los PBDE basadas en el número de átomos de bromo fijados a la molécula (llamados congéneres: véase la sección Resul-
tados para más información). Dos de las fórmulas comerciales más conocidas, penta- y octa BDE (con cinco y ocho átomos de bromo respectivamente) han sido retiradas voluntariamente de la producción en Estados Unidos. El Deca BDE continúa siendo producido. Los PBDEs son tóxicos en niveles bajos y persisten en el ambiente. Se asocian con los trastornos en el aprendizaje, la memoria y el com-portamiento25, daños en el sistema reproductivo, alteración del funcionamiento de la tiroides y cáncer26.

Triclosán
Usado  como  agente  sintético  antimicrobiano  de  gran espectro en cientos de productos como la pasta dental, los jabones antibacterianos, los cosméticos, las telas, los desodorantes y los plásticos. En el sector de la salud, el Triclosán se usa principalmente como esterilizador de manos. Si se expone a la luz solar o al calor puede dar lugar a la formación de dioxina 27. Esta sustancia química es muy estable durante largos períodos y se acumula en organismos vivos acuáticos e incluso en la leche materna humana.
Puede perturbar el funcionamiento de la tiroides28 y alterar algunas funciones hormonales en humanos29, aunque sus implicancias para la salud todavía se están estudiando.


RESULTADOS
SE BUSCARON SEIS TIPOS DIFERENTES DE SUSTANCIAS QUIMICAS o grupos de .éstas en cada uno de los participantes: Bisfenol A, mercurio, Triclosán y grupos de compuestos perfluorados (PFC), ftalatos y .teres de difenil polibromados (PBDE). En total, los laboratorios realizaron análisis de 62 sustancias químicas individuales. Se detectaron dieciocho sustancias químicas en todos los participantes. Se encontraron al menos 24 en el cuerpo de todos los participantes, y en dos de ellos se detectaron 39. Los 20 participantes tenían al menos cinco de los seis tipos de sustancias químicas o grupos de éstas que estábamos buscando y 13 de ellos tenían los seis. Todos los participantes tenían Bisfenol A y algún ftalato, PBDE y PFC.
Todos los participantes ten.an niveles detectables de Bisfenol A, PFOA, PFOS, metabolitos de DEHP, BuP, BzP y  PBDE 15, 28, 47, 99, 100, 153 y 154, 183, 203, 206, 207 y 208.
¿Qué es un metabolito?
Cuando algunas sustancias químicas entran en el cuerpo,  se  descomponen  parcialmente  “se
Metabolizan”  antes  de  ser  excretados.  Esto sucede con el grupo de compuestos llamado fta-
latos y, por lo tanto, al realizar análisis en busca de ftalatos, es el "metabolito" y no el compuesto
en s. mismo lo que puede detectarse en orina.
¿Qué es un congénere?
Algunos  compuestos  químicos  pueden  tener muchas configuraciones diferentes. Un congénere es una variación específica de una clase general de compuestos. En el caso de los éteres de
Difenil polibromados (PBDE), existen 209 congéneres, que se diferencian en el número y ubicación de los átomos de bromo en la estructura general (que consta de dos anillos de carbono
unidos por un átomo de oxígeno). Puede haber entre uno y diez .tomos de bromo en cada PBDE,
lo  que  les  da  los  nombres  más  genéricos penta BDE  (tiene  cinco  átomos  de  bromo),
octa BDE  (tiene  ocho  átomos  de  bromo)  y deca BDE (que tiene diez átomos de bromo).Hay
sólo un congénere de deca BDE, en el que todos los lugares posibles de bromo están ocupados.

Los resultados están presentados en μg/l de suero u orina (que es lo mismo que ng/ml y es aproximadamente equivalente a partes por mil millones: ppb).
La única excepción son los PBDE, cuya información se brinda en peso de lípido pg/g (partes por billón [ppt] de lípidos en suero) a diferencia del mercurio y los compuestos perfluorados que se detectaron en suero. Esto nos permite comparar nuestros datos con los recopilados por los CDC. Los valores relacionados con la orina no están ajustados con los valores de creatinina y se comparan con datos no ajustados de los CDC.
En general, estos resultados concuerdan con los hallazgos de los CDC y las cantidades de sustancias químicas detectadas estuvieron, en la mayoría de los casos, dentro del rango de datos de los CDC de 2003- 2004. La única excepción fueron los metabolitos de dimetilftalato, que se tratan más abajo en la sección sobre este grupo. En toda la sección Resultados, cuando nos referimos a los datos de los CDC, hacemos referencia a los resultados publicados como parte del Informe Nacional sobre Biomonitoreo de los CDC, basados en el per.odo de toma de muestras
de 2003-2004. Si bien comparamos nuestros resultados con los datos de los CDC, es importante tener en cuenta que un número cada vez mayor de investigaciones muestra que no existe una correlación estrictamente lineal entre dosis y respuesta. Muchos de las sustancias químicas en este estudio tienen efectos significativos para la salud en bajas concentraciones. Ya no puede suponerse que concentraciones mayores en el cuerpo tendrán una mayor probabilidad de efectos adversos para la salud.
Por sí sola, la presencia de estas sustancias químicas no indica que una persona en particular desarrollar. un trastorno específico. Las conexiones entre las exposiciones a éstos, la susceptibilidad individual y los efectos en la salud continúan investigándose.

CONCLUSIONES
LOS RESULTADOS DE NUESTRO PROYECTO DEMUESTRAN
que los profesionales de la salud están expuestos en su trabajo y en su vida personal a una gran cantidad de sustancias químicas que se sabe o se sospecha que causan problemas de salud. Esto coincide con el Informe Nacional sobre Biomonitoreo del Centro de Control de Enfermedades.
Conexiones entre el aumento de la incidencia de enfermedades y las sustancias químicas comerciales
Aparentes correlaciones entre el aumento de la incidencia de ciertas enfermedades y la mayor dependencia de las sustancias químicas industriales han motivado muchas de las iniciativas por eliminar los tóxicos del mercado. Estas enfermedades incluyen disfunciones reproductivas (en varias formas), daños neurológicos y en el desarrollo y aprendizaje, síndromes metabólicos y cáncer.
Disfunción reproductiva:  investigaciones recientes indican cambios adversos en la salud reproductiva humana y en la fecundidad, tal como el aumento de la incidencia de cáncer de testículos y de mama, disminución de la calidad de semen, criptorquidia, hipospadia y ovarios poli quísticos. Los estudios indican que algunos compuestos químicos sintéticos tienen la capacidad de alterar el sistema endocrino  y que podr.an ser parcialmente responsables de estos deterioros de la salud. Los compuestos químicos que buscamos en nuestros análisis se encuentran dentro
de las hormonas sintéticas, los plaguicidas organoclorados, los ftalatos y los metales que se ha identificado que poseen este potencial 30,31.

Efectos neurológicos y/o de desarrollo:  el cerebro en desarrollo es un blanco para la neurotoxicidad en el feto, durante varias etapas del embarazo, la infancia y de la primera infancia. El autismo, los trastornos de déficit de atención e hiperactividad (TDAH,por su sigla en inglés), la dislexia, el retraso mental, el Coeficiente Intelectual disminuido y otros trastornos del aprendizaje y de la conducta tienen una alta prevalencia entre los niños estadounidenses. La incidencia de las discapacidades del desarrollo y el aprendizaje (LDD, por su sigla en inglés) parece estar en aumento, afectando a un porcentaje de entre un 5 y un 15% de los niños menores de 18 años en los Estados Unidos, es decir, a más de 12 millones de niños menores de 1832. En general, las discapacidades han aumentado significativamente durante las .últimas cuatro décadas 33.
La Declaración de Consenso Científico sobre los Agentes Ambientales Asociados con Trastornos en el  Desarrollo  firmada  por  56  científicos,  investigadores y profesionales de la salud, concluyó que la evidencia  científica  acumulada  demuestra  que  los contaminantes  ambientales  son  una  causa  importante  de  las  discapacidades  en  el  aprendizaje  y  el desarrollo34. La proporción de los LDD que puede atribuirse  a  contaminantes  ambientales  como  los compuestos  químicos  industriales  es  un  tema  de trascendencia  humana,  científica  y  de  política pública.  Los  datos  existentes  sobre  animales  y humanos  sugieren  que  se  encuentra  influenciada por el ambiente una mayor proporción de lo que, en general, se ha cre.do o de lo que puede demostrarse con certeza científica.
Síndrome metabólico:
Según la Fundación Internacional contra la Diabetes, el síndrome metabólico es un conjunto de los más peligrosos factores de riesgo de ataque al corazón, incluyendo diabetes, prediabetes, obesidad abdominal, colesterol alto e hipertensión arterial (también conocido como “Grupo de enfermedades occidentales”). Un porcentaje estimado de entre un 20 y 25%.de la población adulta mundial tiene el síndrome metabólico y tiene dos veces más riesgo de morir y tres veces más probabilidades de sufrir un ataque al corazón o apoplejía en comparación con las personas que no tienen el síndrome35. El Bisfenol A ha sido específicamente asociado con el síndrome metabólico36,37


Cáncer: Los largos períodos de latencia del cáncer hacen que sea dif.cil estudiar los factores que contribuyen a su prevalencia. Las causas generales son las influencias genéticas y ambientales, incluidas la exposición a sustancias químicas industriales. Dentro de este grupo, compuestos carcinogénicos y contaminantes ambientales pueden encontrarse en el hogar, en el lugar de trabajo o en la comunidad. Los estudios realizados entre hermanos y mellizos indican que los factores ambientales son más importantes que los genéticos para casi todos los tipos de cáncer. Estudios de inmigración indican que para muchos cáncer, el riesgo se establece en los primeros años de vida38.


Acerca de las fallas en la seguridad y salud ocupacional
A pesar de las normas y leyes de salud y seguridad ocupacional de los estados y federales, de las políticas institucionales y empresariales y de las disposiciones de los acuerdos sindicales para garantizar la seguridad y sanidad del lugar de trabajo, los trabajadores están expuestos a tóxicos en niveles mucho más altos que la población en general. Esta disparidad se debe a niveles de exposición permisibles (PELs, por su sigla en inglés) de los trabajadores que, habitualmente, son
de órdenes de magnitud más altos que los aceptados por la ley para la población en general39.

UN INTENTO FALLIDO
Un ejemplo clásico de por qué. la EPA, prácticamente, se ha rendido en la prohibición de los sustancias químicas  bajo  la  Ley  de  Control  de  Sustancias Toxicas (TSCA, por su sigla en inglés) es su intento fallido de prohibir el asbesto, un probado material peligroso para la salud. En 1989, después de diez años de investigación, reuniones públicas y análisis de impactos regulatorios, la EPA emitió. una normativa para prohibir la fabricación, importación, procesamiento y distribución del asbesto. La industria de este material cuestión. a la EPA y los tribunales eli minaron casi por completo la capacidad de la EPA de usar la TSCA para restringir sustancias químicas problemáticas. Los tribunales hallaron que la EPA no había usado la norma menos gravosa (para la industria) para minimizar el riesgo, no había demostrado un fundamento razonable para la acción y no había equilibrado de manera suficiente los beneficios y los costos (para la industria). Esta decisión provocó. que se abandonaran otras iniciativas de la EPA para usar su autoridad a fin de restringir la producción o el uso de sustancias químicas40.

Las normativas de la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA, por su sigla en inglés) se basan demasiado en las hojas de información de seguridad de los materiales (MSDS, por su sigla en inglés), que a menudo son imprecisas o están incompletas,  no  contienen  información  sobre  efectos ambientales o reacciones químicas, se centran en los efectos agudos en lugar de los efectos crónicos o latentes para la salud, y con frecuencia están escritas en lenguaje científico por el fabricante, sin revisión de terceras partes. En general, la OSHA tarda 10
años en promulgar estándares nuevos y, durante este per.odo, muchos productos tóxicos siguen utilizándose. Por ejemplo, a pesar de  los  15 años de investigación  sobre  el  glutaralde.do  (Cidex),  un conocido causante de asma usado en hospitales como esterilizador y desinfectante, no se ha establecido ningún límite de exposición41.

Acerca de nuestro sistema de manejo de sustancias químicas
La ley estadounidense más importante que tiene por objeto manejar las sustancias químicas es la Ley de Control de Sustancias Toxicas (TSCA, por su sigla en inglés). Promulgada en 1978, esta ley ha logrado prohibir sólo cinco sustancias químicas o clases de éstas (los PCBs, los clorofluorocarbonos, las dioxinas, el asbesto y el cromo hexavalente), y ninguno desde  1990.  Se  autorizaron  aproximadamente 62.000 sustancias químicas para que continúen siendo usadas sin requerimientos de información sobre su seguridad. Aproximadamente otros 20.000 se han lanzado al mercado desde entonces sin que se haya probado su seguridad. Según la TSCA, las normas que la EPA debe seguir para prohibir una sustancia química son tan engorrosas que es casi imposible cumplirlas. Esta ley nunca ha sido actualizada a pesar de los avances tecnológicos que han producido alternativas más seguras de algunas sustancias químicas y los estudios cient.ficos que dan cuenta de la bioacumulación y de las conexiones entre ciertos compuestos químicos y enfermedades.

LOS PROBLEMAS DE LA TSCA INCLUYEN:
La TSCA deposita el peso de la prueba en la EPA para que  ésta  demuestre  que  una  sustancia  química supone un riesgo para la salud humana o el ambiente antes de que la EPA pueda regularlo.
La TSCA no exige a las compañías que desarrollen información  sobre  los  efectos  en  la  salud  y  el ambiente de las nuevas sustancias químicas.  Las compañías no deben desarrollar información sobre los impactos en la salud y el ambiente de los sustancias químicas que ya se encuentran en el mercado.
La EPA se ha inclinado por los programas voluntarios para recaudar información de las compañías químicas, pero la recolección de datos ha sido lenta y no proporciona a la EPA información suficiente para identificar y controlar los riesgos químicos.
La TSCA proporciona a la EPA diferentes facultades para controlar los riesgos, dependiendo de si éstos son causados por sustancias químicas nuevas o existentes. Para las existentes, la EPA puede regularlas si encuentra que presentan o presentaron un "riesgo excesivo".
La TSCA exige a la EPA que elija la acción de control que sea “menos gravoso”. Para la EPA ha sido casi imposible dictar normas bajo este estándar. 
La TSCA evita la divulgación de información que las compañías químicas definen como confidencial.
Una reforma en Ley de Control de Sustancias Toxicas (TSCA) serviría como eje central de una política reguladora de sustancias químicas sólida y completa, que proteja la salud pública y el ambiente, al mismo tiempo que restablezca la confianza del consumidor acerca de los productos estadounidenses en el mercado local e internacional.

UNA REFORMA EFICAZ DE LA TSCA DEBE42:
¥ Tomar medidas de inmediato sobre las sustancias químicas más peligrosas: los tóxicos persistentes y bioacumulativos deben ser retirados del mercado.
Debe reducirse nuestra exposición a otros tóxicos que  tengan  consecuencias  graves  para  la  salud.
Debe  expandirse  la  investigación  sobre  química verde, y se debe privilegiar las sustancias químicas más seguras sobre aquellas que se sabe presentan riesgos para la salud.
¥ Responsabilizar a la industria de la seguridad de sus sustancias químicas y productos: se debe exigir a las compañías que fabrican y usan sustancias químicas que brinden información completa acerca del impacto de .éstas sobre el ambiente y la salud. El público, los trabajadores y los comercios deber.an tener acceso a la información acerca de la seguridad de las sustancias químicas.
¥ Usar la ciencia para proteger a todas las personas y a los grupos vulnerables: las sustancias químicas en el mercado deben satisfacer un estándar de seguridad para todas las personas, incluidos niños, embarazadas y trabajadores. Se debe reducir la exposición adicional a sustancias químicas que sufren las personas de color, de bajos recursos y las comunidades indígenas, y se debe realizar más estudios para detectar sustancias químicas en nuestros cuerpos.
RECOMENDACIONES
CONCIENTES DE QUE EL sistema de manejo de sustancias químicas vigente no protege nuestro derecho a saber ni garantiza la seguridad de los productos, podemos tomar la facultad para exigir información sobre los productos y usar esa información para convertirnos en consumidores con criterio. En pocos minutos, desde nuestro hogar, podemos conducir los mercados hacia materiales y procesos más seguros. Lea las etiquetas, mire los sitios web de las compañías, use los números de teléfono gratuitos, haga preguntas y obtenga respuestas. Al reclamar su derecho a estar seguro y libre de tóxicos no autorizados, estará enseñando a los empleados de las compañías fabricantes de productos y cambiando la manera en que se toman las decisiones acerca  de cuánto, las compañías, priorizan la seguridad de sus productos.
Cómo reducir su exposición
A continuación hay algunas medidas que cada uno de nosotros, en nuestra vida personal y profesional, puede tomar para reducir nuestra exposición, pero es importante notar que esta lista no es exhaustiva.
Además, aunque podemos dar pasos para limitar nuestra exposición, es imposible eliminarla con el sistema regulatorio vigente. No podemos salir de este problema tan sólo cambiando la manera en que compramos, comemos o hacemos ejercicios. Sólo con un cambio radical en la manera en que se manejan las sustancias químicas se lograr. el cambio sistémico que se necesita.

El Bisfenol A se transfiere del papel termográfico a nuestras manos, puede desprenderse de la resina epoxi, de los recubrimientos interiores de latas y botellas de policarbonato y pasar a los alimentos y bebidas. Los recipientes de plástico de policarbonato tienen la etiqueta n¼ 7 y “PC”. Evite calentar la comida en recipientes de policarbonato. Sustituya con plásticos sin policarbonato o de vidrio, las latas, y prepare allí. los alimentos frescos, congelados o secos. Algunos empastes dentales o accesorios de ortodoncia están hechos con BPA. Solicite a su dentista u ortodontista que no use productos que contengan BPA.  
El mercurio se encuentra en todos lados debido a que es emitido al ambiente a través de hornos de cemento, incineradores y centrales eléctricas que queman carbón. Esto permite que ascienda en la cadena alimentaria hacia los peces y los humanos. El mercurio se encuentra en todos los pescados. Los que tienen los niveles más altos y peligrosos son los tiburones más grandes, el pez espada, la caballa, el atún y el blanquillo. Reemplácelos con langostinos, abadejo, salmón y bagre. En lugar de pescados, use fuentes vegetales de ácidos grasos con omega 3, tal como el aceite de canola, las semillas de lino, las nueces y las semillas de calabaza.
El mercurio se desprende de las amalgamas dentales. Pídale a su dentista que use empastes libres de mercurio y BPA. Las vacunas pueden contener timerosal, una forma de mercurio que se usa como conservante. Insista en que utilicen alguna opción sin timerosal.
Otras potenciales fuentes incluyen los productos que tienen pilas pequeñas, los tubos fluorescentes, los termómetros y los interruptores de mercurio y algunos remedios populares y cosméticos importados tales como las cremas para aclarar la piel.
Los PBDEs no están químicamente ligados a los productos que los contienen y pasan continuamente desde éstos a las manos, el polvo y el aire de los ambientes cerrados que frecuentamos. Los PBDEs entran en el cuerpo a través de las comidas ricas en grasas, desde nuestras manos y por inhalación o ingesta. Pueden reemplazarse con materiales que tengan inherentemente propiedades ignifugas, cambios en el diseño o por sustancias químicas menos
toxicas. Pregunte a los fabricantes de muebles o de productos electrónicos cómo alcanzaron los estándares de seguridad contra incendios. Al comprar andadores, almohadas para dar de mamar, asientos de bebés para autos u otros accesorios para el bebé evite los productos que tengan la etiqueta: “cumple con CA TB 117” (un estándar que requiere materiales ignífugos halogenados). Ingiera alimentos que se encuentren más abajo en la cadena alimentaria, elija pescados de aguas abiertas en lugar de provenientes de criaderos, carne magra o pollo, elimine la grasa antes de cocinarlos y hágalos asados o al horno en lugar de fritos.
Los PFCs se encuentran en productos de cocina antiadherentes y en telas y papeles resistentes a las machas y al agua. El uso de las sartenes antiadherentes produce emisiones que contienen PFCs y que pueden inhalarse al usarlas. Los PFCs en los utensilios de cocina antiadherentes pueden reemplazarse con sartenes y cacerolas de hierro fundido o de hierro fundido recubiertas con vidrio o esmaltadas. Las sartenes antiadherentes están disponibles con una superficie de cerámica. Generalmente tienen una etiqueta que dice “Libre de PFOA”. Los PFCs se encuentran en pescados, mariscos y el agua potable, lo que indica una  exposición en la alimentación.
Evite los envoltorios de la comida rápida, que pueden tener un recubrimiento interior de PFC para evitar que la grasa impregne éstos. Evite los tratamientos antimanchas o impermeabilizantes para la ropa y los muebles, y los cosméticos que tengan ingredientes con "flúor" o "perflúor".

Los ftalatos migran continuamente de los productos de consumo diario al aire que respiramos y son inhalados o ingeridos a través del polvo presente en el hogar. Inhalamos ftalatos de los perfumes y desodorantes de ambiente y absorbemos por vía cutánea las  fragancias  cuando  nos  aplicamos  lociones  y champ.es o de los productos de limpieza a través de ambas v.as de exposición. Los alimentos son otra fuente de exposición. Elija materiales de construcción, productos para el hogar, indumentaria, juguetes, envoltorios y envases de alimentos libres de PVC y sin el símbolo n¼ 3.  Encuentre información sobre ftalatos en adhesivos, masillas, mezclas para juntas y selladores en 
http://www.householdproducts.nlm.nih.gov/
www.householdproducts.nlm.nih.gov/
Evite el uso de productos personales que tengan ftalatos o la palabra “fragancia” entre sus ingredientes.
Encuentre más información en  www.cosmeticsdatabase.com
El triclosan se agrega a una gran cantidad de productos de consumo como telas (por ejemplo calcetines o plásticos (por ejemplo tablas de cortar o bolsas de basura) para controlar la proliferación de bacterias, y se comercializa con los nombres de Microban o Biofresh. Se inhala a través del polvo, pero la absorción cutánea puede ser la vía principal de exposición 44. Ikea y The Body Shop venden solo productos de cuidado personal libres de Triclosán. Whole Foods y Trader JoeÕs tienen productos libres de Triclosán, aunque no tienen una política empresarial específica en relación a éste. Aveda no pudo encontrar Triclosán en sus productos, pero no tiene una política especifica al respecto. 

Cómo protegerse usted y a sus pacientes
Los médicos y enfermeros pueden hacer que la salud ambiental sea parte de los servicios a los pacientes brindándoles  información  sobre  prevención  de enfermedades, reconociendo de manera acertada y proactiva las primeras fases de las enfermedades de origen ambiental y sus causas, y realizando cambios en los lugares de atención de la salud para evitar el uso de sustancias químicas que desencadenan esas enfermedades.  
Los PBDEs están presentes dentro del sector de la salud en los colchones, almohadillas de espuma, ropa de cama, almohadones de los sillones, pantallas de las lámparas, paneles que separan a los pacientes, cortinas, en las persianas de las ventanas, en las carcasas de los televisores, en los oxímetros de pulso, en los monitores, en los respiradores o en las bombas de infusión intravenosas, en computadoras, impresoras, faxes, fotocopiadoras, muebles de las salas de enfermera; en microondas, refrigeradores y en otros electrodomésticos, en .reas de consumo de alimentos; y en los envoltorios de espuma que van y vienen por todo el hospital desde la recepción hasta las salas de operación. Las instituciones de salud pueden reducir los PBDEs eligiendo productos ignífugos sin el agregado de sustancias químicas, exigiendo el número CAS (identificación numérica única para compuestos químicos) de los retardantes de llama usados en los productos comprados, y expresando su preferencia por aquellos productos que no contengan t.xico persistentes bioacumulables y recomendándoles a los vendedores que sólo deber.an vender productos con retardantes de llama que hayan sido analizados exhaustivamente y que sean seguros para la salud.
Los PFCs siguen siendo comúnmente encontrados en el sector de la salud debido a sus propiedades antimanchas. Evite todos los muebles y mobiliario médico (incluidos los colchones, las espumas, las telas de paneles y otros textiles) que contengan PFOA. Las marcas incluyen Teflón, Stainmaster y Zonyl. Debido a preocupaciones en relación con el impacto para la salud del PFOA, Scotchguard y otros tratamientos antimanchas, ahora se fabrican con un compuesto químicos perfluorados diferente: el PFBS (sulfonato de perfluorobutano o C4). Deben evitarse todos los productos relacionados con compuestos químicos perfluorados cuando sea posible45.
Los ftalatos, especialmente el DEHP (di(2-etilhexil)ftalato), se usan en insumos médicos de PVC flexible, y a menudo los pacientes están expuestos a ellos. Por este motivo la FDA recomienda alternativas tales como el etileno-acetato de vinilo (EVA), las siliconas, el polietileno o el poliuretano, especialmente al realizar procedimientos de alto riesgo en bebés recién nacidos de sexo masculino, en embarazadas cuyos futuros bebés son de sexo masculino o en varones con edades cercanas a la adolescencia. Para abandonar los DEHP los hospitales deben realizar auditor.as para identificar los productos que lo contengan, identificar y evaluar las alternativas y comprar productos libres de DEHP o de PVC de una calidad y rendimiento equivalentes. Los hospitales están reemplazando el PVC que contiene DEHP con productos sin PVC o con productos sin DEHP (un producto de PVC con un plastificante que no contiene DEHP).
El Triclosán y los jabones antimicrobianos no necesariamente brindan un mejor resultado que el jabón común y el agua para evitar la diseminación de infecciones o para reducir la cantidad de bacterias de la piel, según la Asociación Médica Estadounidense46, la Comisión Asesora sobre Medicamentos sin Receta de la FDA y según docenas de investigadores académicos. Además, pueden contribuir a aumentar la resistencia de las bacterias.
El mercurio se usa en los productos para el cuidado de la salud, incluidos termómetros, amalgamas dentales, esfigmomanómetros, sustancias químicas de laboratorio y conservantes, agentes limpiadores y electrónicos tales como las luces fluorescentes y las computadoras. El continuo uso, roturas, derrames y disposición hacen del sector de la salud un significativo factor contribuyente de exposición a mercurio.
Para eliminar el mercurio del sector de la salud, adopte un compromiso de eliminación de mercurio, disponible en
http://www.h2e-online.org
www.h2e-online.org, 
realice una auditora sobre insumos que contengan este metal, investigue e implemente primero las oportunidades de eliminación más fáciles, como reemplazar el mercurio por agua en las sondas de Miller-Abbott, reemplazar las sondas o dilatadores esofágicos que contengan mercurio por las de siliconas y reemplazar los dispositivos de medición de la presión  arterial  por  unidades  aneroides. Implemente una política de compras libre de mercurio, comunique esta política a los proveedores y trabaje con el personal para encontrar alternativas sin mercurio, eduque a los colegas acerca de los efectos del mercurio sobre la salud y el ambiente; implemente un servicio de intercambio de termómetros y discontinúe la práctica de enviar termómetros con mercurio a los hogares de padres de bebés recién nacidos o de otros pacientes.
Este atento a los signos y síntomas de exposición al mercurio. Si estos síntomas no específicos están presentes y no pueden explicarse de otra manera, pregúntele a su paciente sobre posibles exposiciones a mercurio pasadas o actuales47,48,49.
Progreso institucional y del gobierno
Estatal: debido al estancamiento de la política federal de sustancias químicas en las décadas recientes, algunos estados están tomando la iniciativa y trabajando hacia una reforma de la política de sustancias químicas a nivel de estados. Estas políticas apuntan a sustancias químicas en distintas formas: específicamente tales como plomo, mercurio, Bisfenol A; clases de .estas como los PBDE y ftalatos; contenidas en productos como los juguetes, los electrónicos, los
cosméticos  y  limpiadores;  o  más  ampliamente infraestructuras para manejarlas exigiendo la presentación de datos sobre el peligro, el uso y la disponibilidad de alternativas más seguras, con la capacidad de regular tóxicos cuando se conoce la existencia de éstos últimos.
Estos avances a nivel estatal contribuyen a construir una reforma en la política federal, ya que actúan como laboratorios para ésta, creando una "colcha de retazos" reguladora para las industrias, y alejando a los líderes del mercado de las sustancias químicas problemáticas, ya que las compañías deciden que, si  deben  cumplir  en  ciertos  estados,  pueden, entonces, cumplir en todos los lugares en los que se venden sus productos.


Involúcrese más en la protección  de la salud pública

En su institución: hacer más “verde” su institución ha agregado beneficios para la salud de los pacientes, lo que acelera su recuperación y distingue a su institución de aquellas que siguen usando productos que exponen a los pacientes a tóxicos. Si su institución todavía no tiene una política de compras verdes, existen varios modelos excelentes que abarcan todo, desde los tubos intravenosos hasta las alfombras. La Guía Verde para el Sector de la Salud es una guía  de prácticas más adecuadas para el diseño, construcción y funcionamiento de edificios sostenibles y saludables y puede ser una herramienta útil para establecer las mejores prácticas.
Practice Greenhealth es la organización en red y asociación con membrecía líder de la nación para las instituciones del sector de la salud que se han comprometido con las prácticas sostenibles y ecológicas.
Entre los miembros se incluyen hospitales, sistemas de salud, empresas y otros protagonistas involucrados en hacer más ecológico el sistema de salud para mejorar la salud de los pacientes, del personal y del ambiente. Hospitales para un Ambiente Saludable (H2E),  fundado  en  conjunto  por  la  Asociación Estadounidense de Hospitales, la EPA, Salud sin Daño y la Asociación Estadounidense de Enfermera, están creando un movimiento nacional para la sostenibilidad ambiental en el .ámbito de la salud.
No siempre es posible establecer reformas generales, de modo que si es necesario, comience por cosas pequeñas. Su institución puede migrar a productos de papel reciclado sin tratamiento de blanqueo, a loción para la piel sin tóxicos o productos de limpieza ecológicos, todos productos de alto consumo que necesitan ser reemplazados frecuentemente. Tales cambios pueden tener como resultado mejoras rápidas y fáciles con las que usted y todos en la institución podrán sentirse bien, y podrán superar cualquier posible preconcepto de que volverse más ecológico requiere sacrificios.

Al implementar estos cambios pequeños, solicite a la persona encargada de las compras en su institución que le notifique cu.ndo se realizar. la siguiente compra grande, tal como equipos de monitoreo, cubículos, muebles para la sala de espera, etc., y ofrézcase a brindar recursos cuando se acerque el momento de tomar la decisión. Debido a que la mayoría de las instituciones grandes tienen contratos a largo plazo con los proveedores, muchas de ellas solicitan a .estos que informen si sus productos contienen sustancias químicas identificadas por un organismo  gubernamental  con  autoridad,  como tóxicos bioacumulativos persistentes (PBTs, por su
sigla en inglés), carcinogénicos, muta génicos o tóxicos neurológicos o reproductivos. Esto puede alertar a los vendedores sobre la preferencia por materiales menos tóxicos.
Otro método es notificar a los vendedores que sólo  comprar. insumos o productos que satisfagan programas  de  certificación  tales  como  GreenSeal, EPEAT  (Herramienta  de  Evaluación  de  Impacto Ambiental  de  Productos  Electrónicos)  o  LEED (Liderazgo en Desarrollo Ambiental y Energético).
Los mejores programas de certificación crean estándares mínimos basados en las mejores prácticas actuales, se reeval.an con frecuencia a medida que avanza la tecnóloga, han escalonado la capacidad de elección de manera que haya estándares más altos a los que uno pueda aspirar y se alcanzan a través de un proceso de consenso. Estos programas, ampliamente reconocidos, son herramientas .tiles que ayudan a los vendedores a determinar la seguridad relativa de sus productos, pero pueden ser menos eficaces, desde un punto de vista de la salud,
en el establecimiento de sus propios criterios.
Campañas sobre políticas: aquellos de nosotros cuya participación política no se extiende más allá  De votar en las elecciones, tendemos a minimizar nuestra influencia o capacidad de hacer avanzar políticas.
Esto crea una atmósfera en la que los dirigentes políticos elegidos rara vez escuchan a sus electores, y sin dudas nunca lo hacen en ausencia de una crisis. A la inversa, dado que nuestros líderes rara vez oyen nuestra voz, tienden a amplificar esos pocos contactos que tienen con sus electores.
Los profesionales de la salud están entre las profesiones más confiables y creíbles, y casi siempre tienen más experiencia médica que los dirigentes políticos elegidos. Por lo tanto, su capacidad de educar de manera eficaz a los políticos acerca de los peligros que suponen las sustancias químicas a las que no se les realizan los análisis adecuados para comprobar su seguridad y proporcionar evidencia acerca del ingreso de éstas a nuestros cuerpos se amplifica
más. Cuanto más cerca de su hogar actúe, más influencia tendrá, pero incluso sus representantes y senadores prestan atención a las cartas de sus electores, y estos deberían recibir información precisa respecto de la salud. Este es otro paso crítico para defender la salud de nuestros pacientes.  
Varias organizaciones que trabajan en temas de salud se están volviendo cada vez más activas en sus iniciativas  para  influenciar  las  políticas  de  salud ambiental, a medida que ganan una mayor comprensión del papel que la política puede jugar en la prevención  de  enfermedades.  Los  médicos,  los enfermeros y los profesionales de la salud pública pueden involucrarse más uniéndose a Physicians forSocial  Responsability  y  apoyando  la  Campaña Sustancias  Qu.micos  más  seguras,  Familias Saludables. PSR está. instando a sus más de 32.000 miembros a que declaren su independencia de las sustancias químicas toxicas. Para declarar su independencia y apoyar de algún modo las iniciativas de PSR, visite www.psr.org
Para los enfermeros, la Alianza de Enfermeros para Ambientes Sanos (http://ecommons.org/anhe/) es un sitio en l.nea para todos aquellos interesados en la salud ambiental que tiene por objeto ayudarlos a comprender la relación entre la salud humana y el
ambiente, y hacer que participen ms. La Asociación Estadounidense  de  Enfermera  también  es  una buena fuente para aprender más acerca de los problemas de salud ambiental que enfrentan los enfermeros53. Otro foro excelente para que los profesionales  de  la  salud  compartan información  es  el Colaboradores en Salud y Ambiente)54.
Al resolver la crisis de la salud pública: la creciente cantidad casos de deficiencia de aprendizaje, diabetes, obesidad y otros trastornos crónicos asociados con la exposición a sustancias químicas están provocando una crisis en la salud pública, que no podemos resolver con los recursos que tenemos y que sólo empeorará con el paso del tiempo. Una solución positiva al debate actual de la salud acerca de si se debe proporcionar seguro médico, y cómo se debe hacer, para todos aquellos que lo necesiten sólo abordará este problema de manera parcial. Lo que se necesita es un mayor énfasis en los puntos principales de la pr.ctica de la salud pública: la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, especialmente de aquellas asociadas con las sustancias químicas sintéticas.
Podemos observar los modelos propuestos por la Unión  Europea y Canadá., los cuales proporcionan que las de los EE.UU. y además brindan atención universal de la salud. Las lecciones aprendidas al observar  estos  modelos  podrían  ser  que,  cuando  los gobiernos asumen la responsabilidad de pagar la cobertura de salud de sus ciudadanos, son menos
propensos a permitir que las compañías químicas nos expongan a los productos que contribuyen a provocar enfermedades. Una política de sustancias químicas protectora puede aliviar significativamente la carga de nuestro ya sobrecargado sistema de salud. Esto permitiría al profesional de la salud proporcionar atención de calidad a aquellos que tengan enfermedades o lesiones cuyas causas sean otras que las sustancias químicas toxicas.